Estamos programados, más que cualquier otro animal, para cambiar, para aprender y para dejar que nuestro entorno moldee el sustrato de nuestros pensamientos: el cerebro. Si queremos mejorar nuestro comportamiento con los demás y con nuestro entorno natural habrá que trabajar en ello desde los primeros años, como hacemos para aprender a hablar o a tocar un instrumento.
martes, 1 de octubre de 2013
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